El “Fracking”, o "fracturación hidráulica" está revolucionando la industria. Para algunos supone, una energía y seguridad económica, para otros, una amenaza ambiental. Pero, ¿qué es el fracking?, ¿cuáles son sus ventajas, y por qué es tan polémico?
La fracturación hidráulica es un tipo de perforación que se ha utilizado comercialmente durante 65 años. Hoy en día, la combinación de la fractura hidráulica avanzada y la perforación horizontal, empleando tecnologías de última generación, constituye el principal motivo del aumento de petróleo y gas natural EE.UU."
El continuo y creciente consumo mundial de energía, hace muy complicado prever el papel que el gas de esquisto (shale gas) jugará en cuanto a seguridad energética se refiere. El gas de esquisto se almacena en formaciones de roca sedimentaria que pueden ser fuentes importantes de petróleo y gas. Debido a la permeabilidad de la roca, para liberar el gas se necesita fracturar las mismas. Después de la perforación, agua de alta presión (90%), arena (9,5%) y productos químicos (0,5%) se descargan en la superficie perforada, liberando el gas almacenado en las rocas. El proceso es el siguiente: mientras que la alta presión de agua abre fracturas en las rocas la arena ayuda a mantener las grietas abiertas y los productos químicos ayudan a reducir la fricción y evitar la corrosión de la tubería. Es aquí cuando la fractura hidráulica se convierte en polémica. Debido a la descarga de alta presión que requiere, el “fracking” emplea millones de galones de agua por cada evento. Las empresas dedicadas a ello abogan su inocencia diciendo que el agua puede reciclarse minimizando así el consumo. Las personas no lo ven tan claro como las empresas ya que el agua no es su única preocupación. Siendo además una de sus principales inquietudes la contaminación medioambiental que puedan provocar estos fluidos. No obstante existen varios estudios que demuestran qué si se inyecta y se desechan adecuadamente, la amenaza que estos fluidos representan es mínima.
Durante la última década, el “fracking” se ha llevado a cabo empleando el uso de la perforación horizontal, que permite alcanzar rocas de difícil acceso consiguiendo así que petróleo y gas de esquisto puedan ser sustraídos en mayores cantidades. Debido al constante uso de esta técnica, el gas y el petróleo son más y más baratos cada vez, beneficiando económicamente a la industria.
No obstante el déficit de petróleo, provoca que el mundo deba continuar investigando fuentes de energía nuevas y diferentes, que minimicen la amenaza que se provoca al medio ambiente. Esto permite además la generación de puestos de trabajo, estabilidad económica y la seguridad energética.
De acuerdo con la Administración de Información de Energía de Estados Unidos, alrededor del 67% de la energía generada durante 2015 fue a partir de combustibles fósiles (carbón, gas natural, petróleo). Se prevé que el gas de esquisto represente aproximadamente el 50% del gas natural producido en los EE.UU en 2035.
No hay duda de que la fractura hidráulica está causando una revolución en la industria de abastecimiento de energía y quién sabe si, en pocos años, se convertirá en nuestra principal fuente de energía.
Referencias